Rinoplastía
Cuando hablamos de rinoplastia, nos referimos a la cirugía plástica de nariz en hueso, cartílago, piel o todos, que rectifica punta, grosor de orificios, torsión de tabique y más atributos de nacimiento que no gustan o incomodan, lesiones por accidentes o problemas respiratorios del paciente en cuestión. Un tipo de procedimiento muy efectivo, seguro y cada vez más demandado, que corrige, devuelve conformidad al espejo y confianza, sin ceder los rasgos propios de la persona.
La rinoplastia se supedita siempre a la evaluación del especialista y a un diagnóstico minucioso que tome en valoración el conjunto, es decir, las características propias del óvalo y lo que se desea alternar. Un trabajo médico-paciente integral que da con la operación de nariz más específica y necesaria para la corrección y la forma exacta que tomará esta.
Con una cirugía de nariz, se mejora la armonía, su silueta o sus medidas, o varias de ellas, y de esta forma se eleva la imagen personal. Su fin directo es alcanzar un equilibrio facial, adaptándolo a las facciones innatas de cada uno, para no desentonar.
La operación de nariz incluye todos los aspectos que mencionamos más arriba y por eso, es justo decir que lo más importante, después del valor, es dar con el profesional experimentado en este tipo de técnica que asegure relación y autenticidad en la expresión final del paciente y hacerlo de modo meditado y no con precipitación, lo más importante cuando se trata de someterse a una intervención de tanto detalle, más allá del precio de rinoplastia.
Una rinoplastia ideal comienza dividiendo la piel de la nariz del hueso y el cartílago, para luego afinarlos en base a la configuración que se le vaya a dar mediante cortes pequeños, para finalmente reasignar partes y cerrar con puntos. Una cirugía con sedación que no supera las dos horas en el quirófano, según complejidad. Al culminar, se aplica un yeso provisorio de unos 7 días que sirve para conservar la forma y se tapan las fosas nasales durante las primeras horas para que no se produzca demasiado sangrado ni mueva el tabique. No se padece mayor incomodidad que la de una congestión.